La duda de si trabajamos con una lengua extranjera o una lengua adicional es bastante recurrente entre los profesores brasileños, por lo que me ha parecido conveniente compartir aquí una respuesta dada a un profesor amigo que indagaba sobre ese asunto en una lista de discusión de profesores.
Estimado Hiran:
Tienes razón. El término "lengua adicional" se ha comenzado a escuchar y aceptar hace poco tiempo, por lo menos por aquí.
Como ya bien te han indicado varios colegas, creo también que en Brasil lo vemos primero en los referenciales curriculares de Rio Grande do Sul, publicados en 2009.
Es muy conveniente que veas los abundantes argumentos que brindan en ese documento sus autores Margarete Schlatter y Pedro Garcez, especialmente entre las páginas 127 a 139.
La referencia es esta: SCHLATTER, Margarete; GARCEZ, Pedro. Língua Espanhola e Língua Inglesa. Referencial Curricular. In: SECRETARIA DE EDUCAÇÃO DE RS (Org). Referencial Curricular. Lições de Rio Grande. Linguagens, Códigos e suas Tecnologias. Língua Portuguesa e Literatura. Língua Estrangeira Moderna, v. 1, 2009, p. 125-172. http://www.educacao.rs.gov.br/dados/refer_curric_vol1.pdf
Creo que a la hora de hablar sobre lenguas adicionales en Brasil no se puede dejar de mencionar ese documento y sus autores.
Con esa constatación en mente, tal vez debiéramos saber también que hay un documento de 2001 de la UNESCO traducido al español con una lista de recomendaciones que me parece que es muy útil que todos los profesores lo vean. Se llama "Enseñanza de Idiomas Adicionales".
En la página 4 de ese documento podrás encontrar la respuesta a tu pregunta, pues ese debe ser el origen del término lengua adicional (LA) en lugar de lengua extranjera (LE), o sea, como ya dijeron varios colegas, el origen fue en la UNESCO y probablemente alrededor de esa fecha (inicios de la década del 2000).
En realidad, esa es una traducción en español de JUDD, Elliot L.; TAN, Lihua; WALBERG, Herbert J. Teaching additional language. Educational Practice Paper, n. 6. International Academy of Education/International Bureau of Education, UNESCO, 2001.
La noción de lengua adicional me parece que es muy útil y creo que el profesor la debe tener clara, pero también hay que llevar en consideración que en Brasil se continúa manejando el término lengua extranjera en los documentos curriculares y de trabajo, como son, por ejemplo, la BNCC y las guías del PNLD.
De esa forma, en resumen, creo que no se trata de quitar un término y comenzar a usar otro, más bien se trata de manejar los argumentos para el uso de la noción de lengua adicional como una perspectiva de trabajo útil para nuestras clases y usar el término lengua extranjera para distinguir esa disciplina dentro de la matriz curricular, así como para diferenciarla de otros términos como son: lengua materna, lengua segunda, lengua de herencia, etc.
1 comentario:
En los distintos contextos de enseñanza de español en Brasil, es importante que los dos términos sean empleados y contemplados en los cursos de formación docente. Aclaro mi punto de vista: si pensamos en las regiones de frontera, donde la familiaridad con el español produce distintos niveles de bilingüismo, pues allí sí sería oportuno que se le llamara "lengua adicional", incluso con materiales didácticos específicos. Pero, si pensamos en las capitales y grandes centros urbanos, me parece que lo más adecuado sea el tratamiento de "lengua extranjera". Infelizmente, en la BNCC, que hace muchas referencias a la pluralidad lingüística pero que impone solamente el inglés, se ha establecido un concepto torpe en la enseñanza: "lengua franca". Es un gran retroceso cuando pensábamos que íbamos camino hacia una educación multicultural.
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