Es una lástima ver a profesores que hicieron concursos y dedicaron varios años de su vida al estudio de la lengua española para enseñarla en las escuelas que los pongan, sin más ni más, a hacer cualquier otra actividad.
Y lo peor de todo, es que la extinción de las clases de esa lengua parece ser más por decisiones tomadas por libre albedrío de cada gestor y sin un debido fundamento, que otra cosa.
¿Cómo estará la situación del español en el resto del país?