En la era de Internet, de los blogs y del chat, crecen en los colegios las experiencias que integran las nuevas tecnologías al aula. Profesores que suben sus clases y las tareas a la Red, estudiantes que hacen ejercicios de matemáticas mientras chatean y computadoras que reemplazan los históricos cuadernos de comunicaciones y en las que los padres pueden ver los boletines y las
faltas de sus hijos son algunas de las posibilidades que se logran cuando las escuelas explotan los recursos que ofrece la informática en favor de la educación.
"Además de generar información, la Red hoy permite interactuar con otras personas. Pero las computadoras por ellas solas no enseñan nada. Los docentes deben estar atrás, pensando los usos y transmitiendo las habilidades", explicó a LA NACION el coordinador del posgrado en educación y nuevas tecnologías de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Fabio Tarasow.
"Utilizo el blog como un registro. En cada clase, dos alumnos toman nota y suben a la Red lo que se realiza en el laboratorio: ejercitaciones, contenidos del pizarrón, experiencias y charlas. Así, los que estuvieron ausentes, los que quieren profundizar o los padres pueden enterarse de lo hecho en clase", dijo a LA NACION Javier Jamui, profesor de ciencias naturales. Según explicó, el impacto es excelente, porque ayuda a capturar la atención, mantener el entusiasmo por los
nuevos aprendizajes y permite que en las casas haya continuidad con lo realizado en clase. "A través de una plataforma más propia para ellos, los alumnos completan su tarea en el blog y lo enriquecen con otros contenidos, como videos de YouTube, Wikipedia y fotografías. La riqueza es infinita", sentenció Jamui.
"Es una herramienta para juntar los infinitos recursos que envuelven una materia y que de otra manera estarían fragmentados. Los alumnos pueden terminar de entender los temas más complicados desde sus casas", añadió Analía Fukelman, profesora de biología en la sede que la institución tiene en Almagro.
Para el profesor de producción musical, Daniel Visok, es un lugar más de encuentro: "Si en la clase no llegamos, en el blog nos encontramos. No ocupa el lugar del papel, del lápiz o del libro, sino que lo enriquece".
La respuesta de los alumnos fue fantástica. Además de los blogs creados por los profesores, en donde se publican ejercicios para hacer desde el hogar o comunicación para los padres, los propios estudiantes armaron blogs sobre cuestiones que les interesan, y desde junio hay 120 blogs activos en esa institución.
"La idea es sacarlos del chat y ponerlos a trabajar. Cuando subimos la velocidad y hablamos como ellos, se vinculan mejor con el contenido", reflexionó el responsable del campus virtual, Guillermo Lutzky.
Y eso parecen rescatar los alumnos. "Mezclamos lo que hacemos en casa con la tarea. Y nos acercamos más a los docentes, porque tienen un lenguaje más parecido al nuestro", señaló Milena Tarica, de 15 años, que participa en un blog de lengua (Poetas de cajón) creado por la profesora Verónica Pena.
"Cuando hablamos de inclusión tecnológica no debemos pensar sólo en el maestro, sino en la comunidad educativa, cómo se comunica con padres y docentes", señaló Tarasow.
Así lo creen también en el colegio Belgrano Day School, donde vinculan la enseñanza con las nuevas tecnologías y publican en la Red información para los padres, como los boletines y las inasistencias.
"No perdimos la impronta presencial, pero queremos aprovechar las distintas maneras de aprender de los chicos. No es lo mismo cargar ejercicios de matemáticas y tareas que decirlo en clase", expresó la responsable del área tecnológica y profesora de computación, Andrea Pelliccia.
La profesora Cristina Rizzo, de ciencias sociales, utiliza un webquest para tratar ciertos temas: plantea preguntas y los sitios de Internet a los que debe accederse para una lectura obligada. "Los profesores reiventan sus cursos, y el desafío es capacitar a los alumnos para que separen el trigo de la mala yerba y, así, aggiornarnos. La tecnología está y es la moneda corriente del futuro. Hay que disfrutarla", sentenció Pelliccia.
Tarasow va más allá de la diversión: "El desarrollo de todos estará vinculado con la posibilidad de usar las tecnologías. Es un nivel de alfabetización que todos deberemos tener, porque será parte fundamental de nuestro trabajo, de nuestra manera de pensar".
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Para los chicos, la experiencia fue única. "Es muy divertido porque otros chicos y los grandes pueden leer nuestras recomendaciones y quizá se interesen más por la lectura", opinó Trinidad, de 11 años.
En el Ministerio de Educación porteño se mantiene el proyecto Aulas en Red, con el que se abasteció de computadoras a 47 escuelas primarias que integran la enseñanza con las tecnologías.
"Las máquinas están alrededor de los pupitres y los alumnos van y vienen según lo que estén haciendo. Nos costó hacerles entender a los docentes el concepto de tiempos no rígidos que conlleva la tecnología", explicó el coordinador de la Red Porteña Telemática (Reporte), Fernando Tascón.
Los profesores, dijo, tuvieron que cambiar sus planes de estudio y hasta su manera de enseñar para incluir la tecnología. Algunos no concebían que los alumnos se parasen sin pedir permiso para interactuar con la PC.
La respuesta de los alumnos fue exitosa. "Tenemos muchos casos de chicos con
problemas de conducta que, como saben de tecnología, se convirtieron en tutores
de otros y así canalizaron su agresión en transmisión de saber", relató Tascón.
entusiasman y aportan ideas. Es un intercambio muy lindo".
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