Con alguna frecuencia uso en mis clases los dictados, pues esa es una estrategia pedagógica muy rica y fácil de implementar.
Hay variantes de dictados para todos los gustos, como podrán ver en las sugerencias de lecturas al final, y de forma resumida me atrevería a afirmar que cuando el dictado ha sido bien aplicado, en el momento adecuado y ajustado a los objetivos pretendidos, los resultados deben ser siempre buenos.
Les cuento que en este inicio del semestre escolar tuve el placer de reunirme con los profesores en formación inicial que van a cumplir con la tercera etapa de las pasantías en lengua española en las escuelas brasileñas de nuestra región.
Cuando faltaban veinte minutos para terminar nuestro encuentro, poco antes de la acostumbrada revisión final de los contenidos presentados, se me ocurrió hacer una actividad de dictado para cambiar un poco el ritmo de la clase.
¿Qué hice? Fue bien sencillo.
Como eran diez alumnos tomé la letra de una canción (no di detalles de cuál era) y numeré cada estrofa mostrándola en un bloque de notas con letra grande.
Después pedí que el primer alumno viniese delante para dictar la primera estrofa a sus compañeros. Al finalizar, él mismo escogía quién iba a dictar la estrofa siguiente.
Estaban tan absortos en la tarea que cuando terminaron, a pesar de que en la misma clase alguien había mencionado, momentos antes, el nombre de esa canción, nadie había percibido qué el texto que estaban escribiendo era en realidad de esa misma canción.
Fue una situación muy interesante y hasta jocosa la sorpresa general que hubo cuando percibieron que era la letra de Monotonía, de Shakira con Ozuna, de la cual se habla muchísimo en este momento.
Después, cada uno revisó en su teléfono móvil el texto escrito, pues la letra se encuentra fácilmente en Internet.
Sugerí que vieran a continuación el videoclip, así como el detrás de las escenas.
Debo añadir que en la dualidad de alumno/profesor en el que ellos se encuentran (pues aprenden, a la vez que deben pensar en cómo enseñar lo que aprenden), esa oportunidad del dictado fue excelente para llamar la atención sobre la importancia de pronunciar claramente lo que se dice en la clase, sumado a que debían pensar que el mero hecho de comprender el texto no significa que ya se consiga decirlo con claridad, por lo que había que practicar la pronunciación, y que la pronunciación adecuada refuerza la memoria y la escritura correcta.
Aproveché la ocasión para también hablarles del género musical bachata y la forma de bailarlo, así como de las formas en que pudiéramos trabajar con un audiovisual en la educación lingüística: iniciando por el audio o por el vídeo.
En la parte de la narrativa visual comenté sobre las poderosas metáforas visuales, bastante fáciles y directas, que había en ese relativamente sencillo videoclip: (1) el corazón destrozado por un cañonazo (una disparo de bazuka), (2) el corazón pisoteado y (3) el corazón guardado en el banco.
Para recordarlo, pongo aquí el videoclip:
Cualquiera que haya pasado por un desengaño amoroso entendería esas metáforas, pero quiero decirles que por lo general no analizamos las imágenes de un videoclip cuando lo vemos. Por eso es tan importante la acción del docente para destrinchar el texto audiovisual que trabajamos, si es que vale la pena, claro está, cuando trabajamos con literacidad crítica o análisis multimodal.
Para finalizar, pedí que escucharan de nuevo la canción en sus casas y prestaran atención a la letra, pues íbamos a hablar de ella en la clase siguiente.
En el segundo momento lo que hice fue apenas intentar recuperar entre todos y de memoria algunos versos de la canción y tratar de repetir, al mismo ritmo que los cantantes, las partes más rápidas de la canción, donde a muchos se les trabó la lengua, como era de suponer.
El tono lúdico dado a esta actividad relativamente sencilla, sumado a la sorpresa y risa posterior generalizada por el hecho de no haber percibido que era la letra de la canción de la cual todos hablaban en ese momento, junto con el trabajo posterior más consciente y demorado para comprender y cantar esa canción debe haber favorecido la memoria y el aprendizaje de la lengua.
Desde el punto de vista motivacional, el proceso como un todo con esta sencilla secuencia debe haber promovido, primero, la motivación extrínseca, seguido de un aumento de la motivación intrínseca en las etapas siguientes. Eso, de cierta forma se asemeja con lo que ilustra García Pérez (2022) cuando describe una actividad en la que utiliza un juego matemático. Vale la pena que lean ese texto.
Sin más, les dejo un par de referencias muy útiles sobre dictados. Ya me contarán si prueban otras variantes de dictados con una canción o con otros textos.
Referencias
Cassany, Daniel. El dictado como tarea educativa. Tabula Rasa, n. 002, enero-diciembre, 2004, p. 229-250. https://repositori.upf.edu/bitstream/handle/10230/21268/Cassany_TR_2.pdf
Dictados para primaria. 12 tipos de dictados para Educación Primaria, 2020. https://dictadosparaprimaria.com/12-tipos-de-dictados-para-primaria/
García Pérez, José Blas. Motivación. Clave para un aprendizaje activo y profundo. Revista Padres y Maestros, n. 389, p. 18-23, 2022. https://doi.org/10.14422/pym.i389.y2022.003
2 comentarios:
Las puyas de Shakira a Piqué no son nada comparadas con la "batalla verbal" entre Quevedo y Góngora.
Creo que les va a gustar saber más de esto. Por ejemplo, en: Para «beef» el de estos dos: Quevedo vs. Góngora.
https://editorialpiedepagina.com/para-beef-el-de-estos-dos-quevedo-vs-gongora/
¿Hay otras canciones que podamos utilizar en nuestras clases donde también aparezca la metáfora visual del corazón roto?
Sí. Podemos verlo en "Odio Que No Te Odio", del venezolano Lasso y la chilena Camila Gallardo
https://www.youtube.com/watch?v=xxfkLWaHeZY
A ver qué te parece.
Publicar un comentario