18 octubre 2019

¿Te consideras un profesor didactivista?

fuente Unsplash, autora Maranda Vandergriff

Probablemente has fruncido el ceño al ver la pregunta del título donde hay un término que te ha parecido medio extraño. ¿Fue así?

No te preocupes. Yo tampoco lo sabía, pero me parece interesante compartirlo con los profesores, pues creo que nos ayuda a entender mejor algunos aspectos de la realidad que todos vivimos en nuestro quehacer docente donde estamos permeados, quiéralo o no, por las Tecnologías Digitales para la Información, la Comunicación y la Expresión (TDICE), o cualquier otra sigla que se parezca a esa y que prefieras usar.

Veamos qué nos dice el profesor Antonio Manuel Escámez Pastrana, de la Universidad de Málaga, en su artículo "El didactivismo digital docente y la educación científica multicultural" donde explica por primera vez qué es el “didactivismo” digital docente.


En la actualidad existen profesores competentes, comprometidos con el perfeccionamiento de su labor docente que, en su quehacer didáctico cotidiano, buscan fórmulas de mejora de su práctica, pudiendo llegar a desarrollar lo que hemos dado en llamar “didactivismo”; es decir, la implicación activa del profesorado en la realización y divulgación de propuestas didácticas, que pueden ser innovadoras, con las que pretende una repercusión directa en la mejora del aprendizaje del alumnado y mediante las que no sólo adquiere un compromiso personal y profesional en la formación de su alumnado pluricultural, sino que lo comparte libremente para el buen uso que pueda hacerse de sus propuestas, buscando a su vez el intercambio de experiencias con otros profesores.
El didactivismo digital docente surge de las experiencias didácticas del profesorado, bien utilizando las tecnologías de la información y la comunicación, TIC, o no, pero que comparte con los demás haciendo uso de las nuevas tecnologías y las posibilidades de intercomunicación de la red Internet, de ahí lo de digital, poniendo a libre disposición de los demás sus materiales, recursos y reflexiones a través de las redes sociales y blogs personales, entre otros medios digitales (ESCÁMEZ PASTRANA, 2019a, p. 46).

Interesante, ¿no es verdad?

Conozco a varios profesores que pudiera considerar didactivistas, pues sin que nadie se los pida  comparten las creaciones u opiniones sobre materiales, ideas y experiencias didácticas que les han sido provechosas o que pueden ser útiles a los demás, pero hay que reconocer que hay muchos más que no tienen esa filosofía o costumbre de compartir y diseminar los conocimientos e ideias que facilitan el trabajo en las clases. Prima la costumbre de tomar y guardar materiales diversos que encuentran, pero no la de contribuir compartiendo nuevos materiales que pudieran ayudar a otros profesores.

Y es una lástima que no sea así, porque si lo pensamos bien, podremos percibir que, en realidad, la profesión docente es una de las más solitarias del mundo, ya que el profesor hace su trabajo encerrado entre cuatro paredes y son muy pocas las veces que se puede conocer su labor, tanto en los aciertos como lo que salió mal, pues hasta de los resultados negativos también pudiéramos aprender mucho; aunque hay que reconocer que al mundo le hace falta más saber las experiencias positivas, sean didácticas o no, pues la vida está bastante complicada y lo que sale a relucir casi siempre en los medios de comunicación, por lo menos en los brasileños, es lo negativo.


A  estos  docentes  que  crean  y  comparten  o  que,  simplemente comparten recursos,  aunque no sean propios,  les llamamos “didactivistas” y al ejercicio de su labor “didactivismo digital docente” (ESCÁMEZ, 2019b).

Retomando el asunto que nos trae aquí, el mismo profesor Escámez, en el artículo de 2019b nos habla del proceso de curación de contenidos, o sea, de filtrado y selección de informaciones y recursos a partir de la ingente cantidad de informaciones que busca activamente o que recibe a través de sus redes sociales virtuales, ya sean generalistas o específicas para el aprendizaje, de forma que es necesario que ese docente gestione sus Entornos o ambientes Personales de Aprendizaje (conocidos en inglés por la sigla PLE) y sus Redes Personales de Aprendizaje (Personal Learning Network o PLN). O sea, es muy interesante esa relación que Escámez hace entre la labor didactivista y el PLE.

Es verdad que la noción de los PLE y PLN ya es bastante comentada hace algunos años, pero también menciona los Entornos Personales de Enseñanza (Personal Teaching Environment o PTE) .... y de nuevo hace que aumente mi interés por esa lectura.
En este sentido consideramos que, independientemente de sus PLE que contribuyen a su aprendizaje  permanente,  el  profesorado  puede  gestionar  unos  entornos  personales  de enseñanza  (PTE)  específicos para aquello que quiera enseñar  y para el alumnado que haya de enseñar. De  ahí  la  idoneidad  de  los  PTE  como  forma  del  desarrollo  profesional  docente,  de ejercicio de didactivismo y, consecuentemente, de acción de enseñar, para los  docentes como prosumidores y curadores de contenidos ante la jungla de infoxicación que puede suponer Internet para el alumnado y para los propios profesores.
Un  PTE  estaría constituido por la ordenación sistematizada de los recursos, materiales, productos,  artefactos,  producciones,  proyectos  o  propuestas  que  un  docente  crea  o encuentra y considera de interés para su utilización didáctica con el alumnado, además de las  herramientas  empleadas  para  la  creación,  búsqueda  y  ordenación  de  tales  recursos junto con los contactos, interacciones y reflexiones llevados a cabo con otras per sonas en red.
El autor relata después, el caso del uso de Twitter por parte de un grupo de profesores de Biología y Geografía que reúnen e identifican por medio del hashtag #ProfesBioGeo diversos recursos que pueden ser útiles para sus clases. 

Por último, menciona varias posibilidades de herramientas y servicios web que pudieran ayudar para reunir y clasificar esos hallazgos y propuestas.

Llamo la atención a la mención que hace también sobre los docentes como prosumidores, aunque pudiéramos señalar que hay un concepto que me parece un poco más completo. Se trata de los prosumirtuadores,  concepto que avanza un poco más que el anterior, pues considera que esas personas se valen de las redes sociales para comunicar y también para interactuar a través de ellas (RÍOS, 2017).

Creo que todos conocemos algún profesor entusiasta y didactivista. ¿Y tú, lo eres también?

Pensemos un poco sobre esto, porque compartir de una forma más o menos organizada, constante y desinteresada (o interesada) no es difícil hoy en día y puede ser útil a todos.

Referencias

ESCÁMEZ PASTRANA, Antonio M. El  didactivismo  digital  docente  y  la  educación  científica multicultural.  In:  LEIVA, J.; PARODY, L.M.; GÓMEZ, S.; ESPARTERO, J.; PARDO, A.B.; SANTOS, M.J.; ALCALÁ DEL OLMO, M.J.; GUILLÉN, Y.; MATAS, A.; PAREJA DE VICENTE, D.; ISEQUILLA, E. (Coords.) Libro de Actas del II Congreso Internacional de Interculturalidad, Comunidad y Escuela. 8 y 9 de noviembre de 2018. Málaga: Grupo de Investigación en Innovación y Desarrollo Educativo Inclusivo, Universidad de Málaga, 2019a, p.45-53.
http://eventos.uma.es/20585/section/16995/ii-congreso-internacional-deinterculturalidad-comunidad-y-escuela.html

ESCÁMEZ PASTRANA, Antonio Manuel. Didactivismo digital docente y entornos personales de enseñanza. In: SÁNCHEZ RIVAS,  E.; RUIZ PALMERO, Julio; SÁNCHEZ VEGA, E. (Coords.). Innovación y tecnología en contextos educativos, Málaga: UMA Editorial, 2019b, p. 83-92. https://riuma.uma.es/xmlui/handle/10630/18555

RÍOS, Héctor. De consumidores pasivos a prosumirtuadores de contenido en la didáctica de la enseñanza-aprendizaje de lenguas: no solo podcast. Boletín de ASELE, 56, p. 31-44, 2017.
http://www.aselered.org/sites/default/files/boletines/asele-56.pdf

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